 
1) Dios, el Padre, me está madurando como miembro de Su Familia para que pueda avanzar en Su Reino en la tierra.
2) El Espíritu Santo, el Maestro, me está transformando a la semejanza de Jesús y me está dando dones espirituales para que la transformación ocurra en mi familia, esferas de influencia, ciudad, región y nación. (Los resultados de mi transformación serán evidentes en la ejecución de los dones dados.)
3) Jesús, el Príncipe de Paz, me usa en Su Ekklesia para exponer y destruir las obras de Satanás a través de la oración y la demostración del amor y el poder de Su Reino.
4) Como miembro elegido de la Ekklesia, estoy siendo equipado por apóstoles, profetas, maestros, pastores y evangelistas y madurado a través de ancianos sabios para cumplir el destino de Dios para mi vida, ya sea en el liderazgo de la Ekklesia o en el ámbito laboral o estudiantil.
5) La Biblia me revela el corazón y el plan de Dios y al estudiarla y entender la Verdad de Dios puedo pensar bíblicamente sobre todas las cosas.